domingo, 17 de abril de 2011

Capitulo II, El avión

Una vez dentro del avión tomó el asiento mas pegado a la ventanilla, no podía elegir en cual sentarse, su billete estaba numerado, no había nadie más en el asiento de al lado, subió la cortinita de la ventanilla y pudo ver luces en el suelo y gente con chalecos naranjas y amarillos caminando de un lado a otro con objetos luminosos, era como un baile de luciérnagas, miró a lo lejos y pensó de nuevo en la familia, no sabía que era aquel sentimiento que experimentó al salir de casa, nunca se había alejado tanto de su familia – Es solo un viaje de fin de semana a Huelva, no voy a la guerra – se dijo entre dientes auto convenciéndose de que era un sentimental y eso no le gustaba aparentarlo, se lo guardó para él mismo y jamás revelaría su miedo a no volver, pronto llegó una chica vestida de uniforme y señaló el asiento vació de su lado y se apartó, entonces apareció Sara.

Sara era una chica muy tímida, demasiado tímida, se ruborizaba fácilmente y a pesar de tener un cuerpo atlético y bonito, cuando nos acercábamos a ella teníamos la sensación de que se rompería en pedazos con solo tocarla, tenía la piel de aspecto suave, era rubia de pelo corto a la altura de los hombros y muy inteligente, sin embargo en clase se ponía muy nerviosa cuando la gente la miraba y se bloqueaba, impidiendo que se expresase como solo ella sabe hacer, callada y responsable cumplía con sus labores en clase religiosamente sin problemas, pero a parte de eso, no la conocía en absoluto, por muchas veces que intentaba hablar con ella siempre escondía su personalidad y desviaba la vista como si tuviera miedo de que pudiera leerle la mente con solo mirar sus ojos oscuros, que justo en aquel momento en la luz tenue del avión brillaban.  

Sara se sentó en el asiento de al lado iba vestida con una blusa blanca, unos pantalones ajustados y unas botas que le recordaba a Peter Pan, llevaba también un adorno en forma de mariposa en su pelo y miró a Marcos descubriendo que la estaba mirando en ese momento para luego desviar la vista, fue entonces cuando le saludó…

-                          Hola Marcos… - dijo muy tímidamente, como si un gran esfuerzo se tratase, Marcos le devolvió el saludo con una sonrisa, y entonces fue cuando Sara comenzó a mirar a los demás asientos como buscando un apoyo visual de alguna amiga para tranquilizarse, Marcos creía que algo iba mal con él mismo, nunca se mostraba a ese nivel de timidez con nadie excepto con él y eso le ponía triste, ¿había algo que la intimidaba de él?, ¿No le caía bien?, era mejor no darle vueltas al asunto, podía encontrarle lógica a muchas cosas, pero los sentimientos eran totalmente imprevisibles y las personas aún más, de solo imaginarse que se le estaba pasando por la cabeza a Sara, le dio mareos, tenía que acabar con aquel silencio incómodo.
-                          ¿Estas bien?, ¿tienes miedo a volar? – preguntó – Sara se apresuró a negar con la cabeza y luego respondió.
-                          No, es solo que nunca he salido de la isla y estoy nerviosa, - replicó.
-                          No te preocupes, es solo un fin de semana y ya verás que te divertirás, si necesitas algo en cualquier momento solo pídemelo ¿vale?  - dijo con convencimiento.

Marcos se quedó por unos segundos pensativo y llegó a una conclusión, era la primera vez que había mantenido una conversación con Sara, aunque fuera si importancia para él si lo tenía, era su tipo de chica, pero su timidez le había impedido avanzar, para empeorar Sara también era tímida, mucho más que él.

En aquel momento no supo que decirle y un avión no era el lugar adecuado, tenía todo el fin de semana para hablar con ella en caso de querer hacerlo, preguntarle como le va, si tiene frío, preguntarle por el tiempo, por sus aficiones, sacar conversación no era difícil, lo difícil era mantenerla y dirigirla a un objetivo.

Finalmente ella sonrió y se tranquilizó, en aquel momento una voz identificándose como el comandante, informó sobre la duración del vuelo, el tiempo, y otros detalles más para finalizar con un ya sabido, “disfruten del viaje”. Momentos después el avión comenzó a moverse cada vez más rápido hasta que se separó del suelo.

                                                         SARA

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