domingo, 17 de abril de 2011

Capitulo I, Comienza El Viaje

El silencio de la noche fue interrumpido por un clásico y rítmico sonido, el reloj digital marcaba las 04:45 h, la habitación estaba completamente oscura y en silencio, era aún muy temprano pero tenía muchas cosas que hacer, era un día especial y no podía perdérselo, los ojos aún se cerraban solos y dejo escapar un bufido de frustración, tenía las manos en la cara, era la primera vez que se levantaba tan temprano, nunca había necesitado hacerlo, se incorporó y guiado por la experiencia de vivir tantos años en aquella habitación en medio de la oscuridad encontró el interruptor de la luz a la primera y su vista empezó a acostumbrarse, había una maleta de viaje preparada a un lado de la habitación y también ropa que había preparado la noche anterior, marchó al baño, mientras se duchaba empezó a darle vueltas la reunión del instituto del día anterior.

-                          Tened todo preparado para el viernes, nos vemos en el aeropuerto a las 06:00 h para embarcar, - dijo su tutor a los treinta alumnos del viaje y prosiguió – Allá arriba hace mucho frío y no estamos acostumbrados, así que llevad mucha ropa de abrigo.

Terminó de ducharse y desayunó un zumo de naranja como cada mañana acompañado de una manzana, se lavó los dientes, mientras se miraba al espejo del baño empezaba a ponerse un poco nervioso, iba a coger un avión y nunca había volado, no tenía miedo a volar, pero estaba ansioso de saber que se sentía, comenzó a vestirse, llevaba unas botas de calidad, de esas de montañero, pantalón bastante grueso negro con bolsillos bastante grandes, una camisa larga oscura y por encima un abrigo parca de color blanco, era ya las 05:30 h y tenía que darse prisa, salió de casa despidiéndose de su familia en voz baja pero no recibió respuesta porque estaban dormidos, miró una vez mas adentro y esta vez sin decir nada, bajó la mirada, cerró la puerta y se marchó con una extraña sensación.

El aeropuerto estaba repleto de gente, y parecía como si siempre fuera de día, familias que se iban o venían de vacaciones, empresarios y trabajadores era el pan de cada día, veinte y nueve chicos y chicas junto con cuatro adultos esperaban al avión que iba a salir en poco tiempo, estaban dispersados en grupos y hablaban de sus cosas en lo que tardaban en llamarlos para embarcar, los profesores estaban ocupándose de todo el papeleo.

-                          Uno de los compañeros se percató de la presencia del ultimo en llegar, lo saludó mientras se acercaba, era una chico alto, moreno, delgado y bastante callado en general, - ¡¡Buenos días Marcos!! - dijo en voz alta y los demás se dieron cuenta, Marcos los saludó a todos ayudándose de un gesto con la mano, acompañado de una sonrisa y estrechó las manos de sus compañeros mas cercanos y se quedó allí con ellos.
-                          Tienes frío ¿no? - Preguntó luego al ver el abrigo parca de Marcos, mientras sonreía.
-                          Por la mañana siempre hace frío,- replicó - pero me está empezando a entrar calor, sin embargo ya verás cuando llegues allí en un par de horas, además mira quien fue a hablar – dijo con sarcasmo – pareces un esquimal con ese abrigo de pelusa.

Todos rieron al unísono, David tenía cuerpo atlético, iba vestido con unos pantalones vaqueros, unas zapatillas blancas y un abrigo negro muy ancho, guantes, bufanda y un gorro invernal, era sin duda el mas inteligente de la clase, y además era popular debido a que jugaba bien al futbol, llevaba el pelo corto engominado y tenía una cara muy espabilada para ser la hora que era, lo más llamativo de su vestimenta era un fino collar con un pequeño crucifijo de oro que siempre se preocupaba en llevar por fuera de la ropa como si quisiera espantar a un vampiro.

Una voz femenina y fría como si de una grabación se tratase anunció que el vuelo K – 184 estaba ya preparado y que los viajeros comenzasen a embarcar, como ya habían pasado las pruebas de seguridad todos empezaron a embarcar menos Marcos que acababa de llegar, un profesor de casi una sola ceja y pelo de muchos inviernos le pidió el equipaje y que fuera subiendo que él se ocupaba de todo, tenían que darse prisa y afortunadamente había llegado a tiempo para facturar, Marcos corrió hasta ponerse en la cola de entrada con los demás y justo delante suyo estaba Gloria.

Gloría era la profesora de literatura, era una mujer muy joven, nadie adivinaría que se dedicaba a la enseñanza, había comenzado a trabajar en el instituto hace dos años y sin embargo seguía siendo novata, hablaba en voz baja, como temerosa de despertar a un niño, cuando alguien le preguntaba sobre algún tema dudaba y eso hacía dudar sobre la veracidad de su respuesta, sin embargo como si de una paradoja se tratase intentaba siempre mantener el control de sus clases y lo lograba, en parte porque trataba con alumnos de bachiller, en cambio los adolescentes tiene suficientes hormonas como para destruir la paciencia de cualquiera, y mucho más a profesoras como ella, verla en la cola era fácil confundirla con los demás alumnos, era evidente que los demás profesores le pidieron que entrase con los alumnos para darle un rol fácil de hacer.

                                                     GLORIA


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