domingo, 15 de mayo de 2011

Capitulo XII, Pueblo Fantasma

Marcos, Roberto, Sara y Gloria caminaban entre las ruinas de piedra que se suponía era el pueblo de Ayamonte, las rocas que una vez formaban los muros de las casas estaban repartidos por el suelo y sobresalían de la blanca nieve,  los haces de luz de las linternas de Marcos y Gloria iluminaban torpemente todo el lugar buscando rastros de alguien que les ayudara, de algún segurita, de algún compañero, pero no vieron nada.

La decepción en el grupo se notaba, aparentemente estaban solos y habían llegado hasta Ayamonte para nada, las casas derruidas, la oscuridad, el viento que producía todo tipo de ruidos… Marcos tenía la sensación de estar expuesto y eso no le gustaba, pero tenía que asegurarse de que no estaban solos, quizás en alguna de las casas derruidas había alguien cobijado, quizás el supuesto segurita que vigilaba la zona estaba dando vueltas por ahí con su linterna, era el momento de separarse en grupos de dos y buscar.

-                          Parece que no hay nadie, pero vamos a asegurarnos – dijo Marcos
-                          ¿Y si no hay segurita?, ¿que iban a vigilar en un lugar como este? – Replicó Roberto.
-                          Recuerda que Beatriz, la guía turística dijo que actualmente se llevan a cabo excavaciones en el sótano del palacio y que este lugar es turístico, no van a dejarlo a su suerte creo yo.
-                          Pues yo no voy, hace frío y no hay nadie, si lo hubiera, ya lo habríamos visto - acabó Roberto.
-                          Muy bien no muevas el culo si tanto te pesa – Le respondió Marcos con gesto de desprecio
-                          ¡No me faltes el respeto! ¿Quién te crees que eres?

Marcos y Roberto empezaron a discutir frente a Gloria y Sara, que no sabían como detener la discusión, la voz de ambos se alzó pero no porque gritasen mas alto, sino porque el ruido de ambiente, causado por el viento y los insectos desapareció por completo, Marcos estaba interesado en acabar la discusión, Roberto en continuarla para dejar claro su lugar, Sara estaba pendiente de la discusión, pero no era capaz de decir ni una palabra, sin embargo Gloría era la única que había notado el repentino silencio.

Una persona vestida con un chaleco y un abrigo naranja bastante llamativo corrió en la oscuridad a escasos metros del grupo y el haz de luz de la linterna de Gloria logró alcanzarlo.

Gloría gritó y Marcos se la quedó mirando, dirigió su mirada a donde ella miraba pero no vio nada, entonces Gloría salió corriendo, en persecución a lo que había visto, Roberto y Sara salieron corriendo detrás de ella, Marcos dudó por un instante, y luego les siguió, iban directos al Palacio de Ayamonte que empezaba a distinguirse en medio de la nevada, verlo en el folleto era totalmente diferente a verlo con sus propios ojos, era una construcción que imponía, la cantidad de ventanas, su altura y envergadura quizás durante el día era una construcción magnifica, pero durante la noche, parecía un lugar maldito.
-                          ¡Ha subido por aquí! – Dijo Gloria y se detuvo para descansar, justo frente a ella había una gran muralla destrozada.
-                          Sara, quédate con ella, yo sigo a ver si veo algo – Dijo Marcos jadeando y subió apoyándose de unas rocas para pasar a través de la muralla rota.

Roberto se detuvo con Gloria y Sara, estaba mas asfixiado que ellas, Marcos continuó solo, cuando atravesó la muralla se topó con el enorme palacio frente a él, se sentía insignificante en ese lugar, entonces al fin, Marcos fue capaz de ver lo que había hecho correr a Gloría, una persona con un chaleco y abrigo naranja corría son mirar atrás, giró para cruzar el puente del palacio y entró en él, desapareciendo en el pórtico.

Marcos caminó ya sin prisas hasta el principio del puente y enfocó con su linterna al otro lado, pero no vio nada más, mientras observaba al otro lado se dio cuenta que no solo habían encontrado a otra persona sino que además había encontrado mas preguntas sin respuesta, Gloria, Sara y Roberto llegaron y le preguntaron a Marcos si le había visto, Marcos asintió en gesto de afirmación y señaló con la mano a la entrada del Palacio.

-                          Se fue por allí, no me creáis, estaba oscuro pero, creo que era Iván.
-                          ¡Lo sabía!, ¡sabía que era él! – Dijo Gloria sonriendo.
-                          ¿Pero él te vio a ti? – Preguntó Roberto
-                          No, pero… lo iluminé por completo con mi linterna – respondió
-                          Es raro que no nos viera, y mas raro todavía que se ponga a correr solo por aquí – Dijo Marcos
-                          Quizás no supiera quienes éramos, tuviera miedo y saliese corriendo, quizás estén todos ahí dentro – respondió Gloria esperanzada.
-                          Vale… estoy seguro que entró por aquí, lo vi, ¿entramos a buscarlo?
-                          ¡Claro que si!, no podemos dejarle solo – respondió Gloria

Roberto y Sara se miraron el uno al otro, pero no dijeron nada, estaba claro que no les parecía buena idea entrar, a Marcos tampoco le hacía gracia pero, al menos dentro de tres horas iba a amanecer, daría menos miedo, menos frío y más visibilidad.

-                          Esperadme aquí entonces – dijo Marcos mientras retrocedía hacía el muro de nuevo.
-                          ¿Adonde vas? – preguntó Sara.
-                          Había que traer algo para escribir ¿verdad?, pues menos mal que hice caso, voy a dejarles una nota en la entrada del pueblo a Laura para que sepa donde estamos, vuelvo en cinco minutos.

Marcos continuó caminando hasta el muro, se apoyó en las rocas caídas, escaló la parte rota y saltó al otro lado.

          Fotos hecha por un turista en Ayamonte durante el mes de Agosto 






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