sábado, 21 de mayo de 2011

Capitulo XV, Pesadillas

Ken, Laura, David y Juan acababan de llegar a Ayamonte y miraban a su alrededor, estructuras de piedra asomaban en la nieve, los árboles habían ganado terreno en el pueblo abandonado, tanto era así que algunos árboles crecían en medio de las casas, los árboles permanecían nevados y eran peligrosos debido a la pequeña nevada, la acumulación de nieve en las ramas podía ceder y sepultar a alguien, por lo que el grupo no se separó en ningún momento, las linternas eran de gran ayuda pues en medio de la oscuridad iluminaban bastante espacio hasta que Ken observó algo negro en la nieve bastante llamativo que llamó su atención y la atención de los demás, había visto cosas bastante raras cuando encontró a David y quería asegurarse.

-                          ¿Qué es eso, un pantalón? – preguntó Laura con un hilo de voz.
-                          Parece alguien tirado en la nieve, si la vista no me falla – respondió Juan mientras se acercaba unos pasos.
-                          ¡Vamos, rápido! -  Dijo David mientras corría, - ¡es Marcos!

Todos se sorprendieron al ver que era cierto, Marcos estaba inconsciente en la nieve y estaba solo, llevaba la mochila con los materiales de primeros auxilios del autobús, Juan la recogió y le levantaron entre Ken y David, todos fueron hasta una de las casas en ruinas y al aire libre, se sentaron en las piedras.

-                          No parece herido – concluyó Juan luego de echarle un vistazo.
-                          ¡Marcos!, - gritó Ken, mientras le abofeteaba la cara suavemente para despertarlo.
-                          ¿Que demonios hacía inconsciente en medio del pueblo? – lanzó al aire la pregunta David que no tenía ni idea.
-                          A saber, no llevaba encima ninguna linterna por lo que caminaba en la oscuridad, solo la mochila, una libreta y un bolígrafo – respondió Juan mientras comprobaba la mochila una vez más.

Entonces Marcos despertó de pronto bastante alterado y Ken le puso la mano en el pecho para acostarlo y tranquilizarlo, Marcos respiraba rápido y miraba a su alrededor sin decir ni una palabra como si no conociera a las personas que estaban a su alrededor y no confiara en lo que mostraban sus ojos.

-                          Tranquilo, somos nosotros ¿vale? -  dijo Ken mientras lo obligaba a mantenerse acostado
-                          ¿Dónde estoy? – preguntó Marcos desorientado
-                          Estamos en Ayamonte, en el pueblo, te encontramos tirado en la nieve, ¿que estabas haciendo solo y sin linterna aquí? – Dijo Juan
-                          Si que llevaba linterna, yo… iba a dejaros un mensaje en la entrada del pueblo para que supierais…

Entonces Marcos abrió los ojos de par en par como si hubiera recordado algo muy importante y se levantó sin que Ken pudiera hacer nada para detenerlo, enseguida se tuvo que apoyar en la pared de piedra porque le dio un mareo, los demás se levantaron y se preguntaron que pasaba.

-                          ¿Donde están Sara, Gloria y Roberto? – preguntó preocupado
-                          No lo sabemos, ¿es que no iban contigo? – respondió Laura que estaba preocupada por Sara.
-                          Es que… vimos a Iván y le perseguimos, entró en el palacio y antes de nosotros ir tras él, vine a dejaros un mensaje, para que supierais que habíamos entrado en el palacio a buscarle, ¡¡pero de pronto siento algo raro, tengo una pesadilla de la ostia y me despierto con vosotros al lado!!. – dijo Marcos gritando y caminando de un lado para el otro.
-                          ¿Qué viste a Iván? – dijo David sorprendido
-                          Si, no sé que le pasaba, entró corriendo al palacio, puede que todos estén allí – dijo mientras levantaba los brazos en gesto de suposición.
-                          Espera… ¿dijiste que sentiste algo raro y luego tuviste una pesadilla?, ¿Cómo era? – Preguntó Laura intrigada
-                          ¿Qué importa eso ahora? – Respondió Marcos, - deberíamos ir al palacio, Sara y los demás estarán esperando, - dijo mientras señalaba el camino.
-                          Por favor dime que soñaste – insistió Laura.
-                          Está bien… soñé que estaba solo y no encontraba la salida del pueblo, entonces apareció Sara buscándome, fui con ella y me mató tirandome un piedra en la cabeza, ¿contenta?

Marcos pensaba que era un sueño absurdo, pero a Laura le impresionó su parentesco con el sueño que ella tuvo con Juan, también se había desmayado sin darse cuenta y había sido asesinada en el sueño.

El grupo llegó al pórtico del palacio poco después pero Sara, Roberto y Gloria no estaban allí.

- ¿donde demonios se han metido?, les dije que me esperaran aqui... - dijo Marcos mirando a un lado y otro freneticamente y golpeando un pequeño monticulo de nieve del suelo.

Marcos insistió en entrar a buscarlos, pero Laura se negó a entrar, argumentando que faltaba una hora aproximadamente para amanecer, y que era mejor, entrar con la luz del día.

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