lunes, 20 de junio de 2011

Capitulo XX, No estas sola

El pasillo interior del palacio donde estaban Marcos y Ken era abierto, no se sentía tan mal, era fácil volver al pórtico siempre y cuando no salieran del pasillo, tener la posibilidad de explorar tanto y tener siempre la  posibilidad de volver sin perderse era una gran ventaja, el balcón interior no parecía seguro así que evitaron acercarse mucho, no se podía ver el fondo incluso con ayuda de la linterna, pero se escuchaba fluir agua, lo que significaba que el famoso río pasaba por allí.

De la profunda oscuridad surgían enormes pilares de madera, que sujetaba el balcón del segundo piso, era tan impresionante que en aquel momento olvidaron momentáneamente porque estaban allí.

-                          Bueno, ¿y ahora? – Preguntó Marcos dirigiéndose a Ken
-                          Creo que no debemos salirnos del pasillo, abramos las puertas miremos y cerrémoslas, si vemos algo, mejor vamos juntos, luego no quiero ir solo por ahí.
-                          Claro, todo irá bien.

Marcos y Ken comenzaron a andar lentamente sin prisas y con mucha precaución abriendo las puertas que daban al pasillo interior, algunas puertas se abrían, otras no, pero tampoco importaba demasiado, el interior de las habitación siempre era lo mismo, muebles antiguos desgastados, polvo, trozos de madera, trozos de metal, camas, e incluso a veces huesos de animales, pero sin rastro de sus compañeros.

-                          Esto es una mierda ¿sabes? – dijo Marcos lamentándose
-                          ¿Por qué lo dices?
-                          Este lugar es enorme, aún no entiendo por qué los compañeros de David se metieron aquí.
-                          Lo que cuenta es que lo hicieron y claro… ahora nos toca buscarlos.

Marcos asintió.

-                          Han pasado muchas cosas raras, te juro que a veces me duele la cabeza al no encontrar explicación. – aseguró Marcos mientras cerraba una de las puertas que acababa de abrir.
-                          Pues yo pienso lo mismo, desde que salí del autobús ya nada me parece normal.
-                          En fin… volvamos, quedan pocos minutos. – dijo marcos y ambos se dieron la vuelta.

De pronto el sonido del agua fue interrumpido por el grito de una mujer que Marcos y Ken reconocieron al instante

-                          ¡¡¡ROBERTO!!!

-                          ¡Esa es la voz de Gloria!- aseguró Marcos
-                          También la escuché, el grito vino del otro lado del pasillo.

Marcos y Ken corrieron lo más rápido que pudieron hasta el final del pasillo, había unas escaleras de tan solo cinco peldaños que bajaban, las saltaron y continuaron corriendo hasta lo que parecía ser un balcón, estaban al otro lado del palacio, allí escucharon a una mujer llorar, el haz de la linterna alcanzó a una figura que permanecía sentada en el suelo.

-                          ¡Gloria! – dijo Marcos que se acercó corriendo
-                          ¿Marcos? – preguntó asustada Gloria.
-                          Si, soy yo, no estas sola ¿vale? ¿estás bien?
-                          ¿Dónde está Sara? ¿no estaba contigo?

Marcos desvió la mirada y no le respondió, Gloría no pudo decir nada más y rompió a llorar abrazándose a Marcos con mucha fuerza, Marcos se ruborizó y intentó tranquilizarla, Ken miró el resto del lugar y no vio a nadie mas, sonrió y pensó que por fin ya habían encontrado a alguien.

Cuando se tranquilizó un poco se puso en pie, sus ojos estaban rojos por llorar tanto, estaba destrozada, volvió a abrazarla, entonces mientras la abrazaba vio una luz bajo el canto de una puerta.

-                          Ken… Gloria está muy asustada, utiliza la luz de tu móvil y llévala hasta el pórtico, sigue por el pasillo, no tiene perdida.
-                          Espera, ¿tu que vas a hacer? – preguntó Ken preocupado
-                          He visto algo, miro y en cinco minutos estoy en el pórtico
-                          ¡Y una mierda!, ¿no quedamos en no tener que separarnos?
-                          Lo sé, pero no podemos llevar a Gloria con nosotros, entraré por esa puerta, nada mas – dijo señalando con el dedo dicha puerta.
-                          Escúchame bien Marcos, si no vuelves en cinco minutos, volveré aquí, y te daré un buen puñetazo por obligarme a buscarte.
-                          Jejeje claro – finalizó Marcos sonriendo.

Ken se marchó con Gloría al pasillo interior, Marcos estaba solo, suspiró, dio varios pasos hasta la única puerta del lugar y la abrió, hallando unas enormes escaleras que bajaban a lo que parecía ser el sótano, comenzó a bajar las escaleras hasta el final del todo, a medida que bajaba sentía algo extraño, el aire era cada vez mas espeso, sintió muchas presencias, como si hubiera cientos de personas con él, la sensación de no estar solo.

Al llegar abajo había varias habitaciones a la derecha, en frente había un camino que parecía bifurcarse otro camino a la izquierda, había visto suficiente, no quería adentrarse más.

-                          ¿Marcos? – dijo una voz femenina que conocía a la perfección, la cara de Marcos se iluminó por la luz de una linterna y Marcos se cubrió los ojos.

Allí estaba Sara que corrió  y sonriendo se lanzó ,abrazandose a Marcos, éste se cayó en el suelo y Sara se puso justo encima de él en una postura comprometedora, le acarició la cara y Marcos pudo sentir su calor corporal y su aliento cuando acercó sus labios a los suyos.

-                          Me alegro mucho de verte Marcos, tenía miedo estando sola.

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